Continuación de los artículos anteriores: Productividad, competitividad y resultados empresariales (1 y 2)
¿Qué es una empresa productiva?
Una empresa honesta solo podrá sobrevivir en el largo plazo si contribuye a satisfacer necesidades genuinas de las personas. Su objetivo debe ser satisfacer las necesidades de todas las personas afectadas por su existencia (los clientes, los colaboradores, los accionistas, los proveedores, la administración pública, los vecinos y la sociedad en general). Si no logra satisfacer en forma equilibrada a todas sus partes interesadas, aquellas que queden insatisfecha terminarán haciendo que la organización abandone su actividad.
Como establece la Enseñanza Social de la Iglesia, en forma totalmente alineada con los principios que subyacen en la filosofía de calidad total: “La empresa debe caracterizarse por la capacidad de servir al bien común de la sociedad mediante la producción de bienes y servicios útiles. En esta producción de bienes y servicios, con una lógica de eficiencia y de satisfacción de los intereses de los diversos sujetos implicados, la empresa crea riqueza para toda la sociedad: no sólo para los propietarios, sino también para los demás sujetos interesados en su actividad. Además de esta función típicamente económica, la empresa desempeña también una función social, creando oportunidades de encuentro, de colaboración, de valoración de las capacidades de las personas implicadas. En la empresa, por tanto, la dimensión económica es condición para el logro de objetivos no sólo económicos, sino también sociales y morales, que deben perseguirse conjuntamente” (CDSI, 338).
“El objetivo de la empresa se debe llevar a cabo en términos y con criterios económicos, pero sin descuidar los valores auténticos que permiten el desarrollo concreto de la persona y de la sociedad. En esta visión personalista y comunitaria, la empresa no puede considerarse únicamente como una “sociedad de capitales”; es, al mismo tiempo, una “sociedad de personas”, en la que entran a formar parte de manera diversa y con responsabilidades específicas los que aportan el capital necesario para su actividad y los que colaboran con su trabajo. Los componentes de la empresa deben ser conscientes de que la comunidad en la que trabajan representa un bien para todos y no una estructura que permite satisfacer exclusivamente los intereses personales de alguno. Sólo esta conciencia permite llegar a construir una economía verdaderamente al servicio del hombre y elaborar un proyecto de cooperación real entre las partes sociales” (CDSI 339).
Podemos afirmar que una empresa será más productiva y, en consecuencia, más competitiva, cuando sea capaz de generar valor al cliente y otras partes interesadas de manera equilibrada y a largo plazo. Esta definición es equivalente al “éxito sostenido” establecido en la norma ISO 9004:2009 o al “Alto Desempeño” que se define como “la capacidad para satisfacer las necesidades y las expectativas de los clientes y de otras partes interesadas, a largo plazo y de un modo equilibrado”. Es claro que una organización que no sea capaz de generar valor equilibrado para todas sus partes interesadas no será sostenible en el tiempo.
Una empresa logra generar y mantener una alta productividad:
- Haciendo cada vez mejor lo que hay que hacer. Esto implica saber qué es lo que hay que hacer, o sea tener muy claro las necesidades que se propone satisfacer y el valor que agrega al cliente, y hacerlo cada vez mejor, con mayor calidad. Gestionar la calidad del producto / servicio para satisfacer la necesidad del cliente.
- Haciendo más de lo que hay que hacer con los mismos recursos. Esto implica utilizar con mayor inteligencia y eficiencia los recursos tangibles e intangibles.
- Haciendo cosas nuevas. Implica innovar, utilizar las capacidades de la organización para atender nuevas necesidades de los clientes, actuales o potenciales, con productos y servicios nuevos. Innovar en el modelo de negocios
- Teniendo una perspectiva de sostenibilidad, pensando en el largo plazo y buscando satisfacer las necesidades de todas las partes interesadas. Esto implica medir los beneficios que se generan con la mejora de productividad de forma que puedan ser distribuidos en forma justa y balanceada entre todas las partes interesadas.
La calidad, innovación y sostenibilidad implicados en la descripción anterior son conceptos complejos que no pueden ser apreciados o medidos directamente. Estos conceptos se manifiestan a través de determinadas prácticas empresariales incorporadas en rutinas y cultura. Hay prácticas que efectivamente conducen a productos y servicios de mayor calidad, a generar mayor cantidad de innovaciones y producen la satisfacción de todas las partes interesadas. En consecuencia, si una organización busca mejorar su productividad puede lograrlo con mayor probabilidad implementando las mismas.
¿Cómo se hace para mejorar la productividad de la empresa?
Hemos definido una empresa productiva aquella capaz de crear valor en forma equilibrada para sus clientes y otras partes interesas. Para ello debe definir una propuesta de valor consistente con el contexto en el que actúa, desarrollar y gestionar los recursos tangibles e intangibles con los cuales ejecutará los procesos que construirán la propuesta de valor. Si la organización es capaz de construir una propuesta de valor que satisfaga al cliente y otras partes interesadas, logrará los resultados buscados y, en consecuencia, será productiva.
Por lo tanto, vemos que la productividad a nivel de empresa se determina a través de la gestión de tres aspectos:
- La definición del modelo de negocio: esto implica principalmente la definición de qué valor y cómo se va generar para el cliente y otras partes interesadas.
- El establecimiento de sistemas de gestión que permitan generan la propuesta de valor.
- El desarrollo y gestión de los recursos y capacidades
El sistema de gestión
Una vez definida la propuesta de valor para el cliente y otras partes interesadas es necesario desarrollar sistemas de gestión que la hagan realidad. Sistemas de gestión que permitan pasar de lo planificado a una ejecución exitosa.
Los sistemas de gestión que mejoran la productividad incorporan las siguientes dimensiones:
- Liderazgo: con capacidad estratégica y operativa.
- Planeación: mecanismos que permitan tomar conciencia del entorno, sus oportunidades y riesgos, y definir las estrategias y planes que permitan lograr el propósito de la organización.
- Enfoque en la satisfacción del cliente y otras partes interesadas. Con mecanismos que permitan conocer y anticipar las necesidades del cliente, actuales y futuros, y desarrollar la propuesta de valor apropiada.
- Gestión de procesos que permitan construir y entregar la propuesta de valor.
- Gestión y desarrollo de los recursos y capacidades necesarios para construir la propuesta de valor al cliente y otras partes interesadas. Incluye la gestión de los recursos tangibles, pero fundamentalmente los intangibles (conocimiento, relaciones, información, cultura, reputación…) que son cada vez más importantes
- Gestión de la información que permita el seguimiento de los procesos, evaluar el valor entregado a los clientes y otras partes interesadas y la mejora continua.
- Desarrollo y gestión de los colaboradores, en base a la confianza, aprendizaje continuo, ambientes de trabajo constructivos que permitan el logro tanto de los objetivos de la organización como de los objetivos personales.
- Corresponsabilidad social, comportamiento ético y respeto de la legalidad que refleja un sólido y proactivo compromiso con la sustentabilidad económica, social y ecológica. Gestionar los impactos en el medio ambiente y en la comunidad de forma que el proceso sea sustentable.
- Desarrollo de procesos y sistemas para mejorar en forma continua, para poder seguir atendiendo las cambiantes necesidades de los clientes.
- Integrar la construcción del futuro junto con la gestión del presente. El desarrollo y gestión de herramientas de vigilancia tecnológica, creatividad, que permitan generar ideas y proyectos para innovar el modelo de negocios.
- Generación de resultados balanceados para todas las partes interesadas, y la distribución justa de los beneficios logrados por la colaboración y esfuerzo de todas ellas, que permitan asegurar el presente de la organización garantizando al mismo tiempo su viabilidad en el futuro.
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